“Encorsetados”

Escucho el mar en estos días de asueto desde mi room y pienso que si día tras día fuera contemplar, caminar, escuchar, bañarme, comer, dormir… Al final me volvería una Pirata del Caribe Mediterráneo para poner un poco de salsa en mi vida. ¿Asaltamos alguna barcaza o qué?

¿Mucho de algo que nos encanta, le resta valor o utilidad? ¿Los humanos realmente necesitamos tener todo el tiempo en acción, mente y cuerpo? Según la Ley de la utilidad marginal decreciente cuando consumes un producto, servicio o experiencia disminuye la satisfacción que te induce a esa acción así cuando aumentas el consumo disminuye más y más, ese deseo satisfactorio.
¿ El mundo contemplativo, de observación detallista, soledad buscada y aislamiento deseado debería ser una asignatura obligada en los nuevos paradigmas educativos?
¿ Hay algo más real, profundo y reflexivo que la mirada que se reconoce en el otr@, sea por igual experiencia vivida o por empatía natural?

Somos recipientes llenitos de costumbres, creencias y experiencias ancestrales que muchas veces no coinciden con nuestra propia experiencia de vida. ¿Y qué pasa entonces? Vivimos encorsetados conformándonos y apretándonos el corsé para lucir espléndidos y explotar después, soltando todos los gases putrefactos que fuera del vientre siempre estan mucho mejor.

Pasa el tiempo. Rápido e imparable. Acostumbrados a creer que el tiempo lo modelamos a nuestro antojo, cuando es él que se ríe de nosotros. Nos toma el mucho o poco pelo que nos queda.
Romper, soltar, pasar a otra cosa mariposa… Muchas veces repitiendo la misma estructura de vida. Una y otra vez. Para algunos es el Karma ese que es como una maldición…¡Arghhh! “El grito” de Munch me viene a la cabeza. 

En estos días de mirar muchos pares de ojos que hablan el mismo idioma con bocas de lenguajes diferentes, me he dado cuenta que todos buscamos lo mismo. Ni idea que es. De lo que si tengo el convencimiento que seguiremos buscando hasta el final de nuestros días.