“18:18 Hora espejo”.

“18:18 Hora espejo”.

 

Hay ruidos que te aíslan o te envuelven con la sensación de que el alma no te llega al cuerpo. De una forma o de otra,  siento que es muy pequeño para una alma tan volátil y escurridiza. ¿Qué es lo que nos indica que por ahí no es? ¿Qué ese no es el camino?

No me fío de mi intuición y más si me disocio con tanta facilidad de mis acciones. Porque a veces quien actúa no parezco yo, sino otra, la impostora ¿O es que esa soy otra yo y debería aceptarlo? Lo de fluir es una camama, es que no me lo creo. Ser aire flojito entre un pasillo super estrecho, no es fluir. Me van más las ventoleras que mueven ramas y flores, crujidos más acorde con esa parte de mi que no entiendo y que huye hacia lo infinito. Sin ton ni son.

Hay jerarquía de sonidos que nos recuerdan tiempos antiguos que tienen nombre. Otros creemos haberlos oído siempre, cuando en realidad, son únicos porque se mezclan con otras notas. Como la aspiradora por tiempos del vecino que a su vez, rítmicamente con el roto de la eléctrica heavy del  primero  y el grito del niño del segundo, crean una partitura que no se podrá crear de nuevo. Y todo a las 18:18 hora espejo de un lunes primero de septiembre.

Estar en escucha activa, escondida en mi terraza, con mis posaderas bien asentadas entre cojines de flores magenta y calabaza, hojas verdes de palma y monstera deliciosa… Una detective con grandes orejas que se hace pequeñita -al loro de todo-  como la musaraña que anida entre mis jazmines y se cree que no la oigo pasear sigilosa, murete arriba, murete abajo.

Estoy viva y a flor de piel, oigo y presiento, todas las partituras nuevas que a cada minuto se crean. Y un sonido se enlaza con el otro que, a su vez, trae un aroma que aunque yo no quiera, engancha un recuerdo con título y subtítulo. Ese “deja vu” pretencioso y engañoso que me ancla a la tierra, si o si.

 No sé que espero, a quién, ni para qué. A lo mejor no hay que hacerse preguntas y estar presente ya es todo un regalo. En breve, mi dama de noche desprenderá su aroma como antesala del dorado y convulso otoño que nos aguarda.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Torna al blog

Lascia un commento

Si prega di notare che, prima di essere pubblicati, i commenti devono essere approvati.